Era 17 de abril, nuestro segundo día de viaje y nos íbamos a Veneciaaaaa!!!!
Nos levantamos a una hora razonable para ir a la estación central de Milan a coger nuestro tren a la ciudad de los canales.
Nos levantamos a una hora razonable para ir a la estación central de Milan a coger nuestro tren a la ciudad de los canales.
De camino a la estación paramos en una cafetería cercana a desayunar y dos capuchinos y dos croissants nos costaron 7,50 euros. Con la barriguita llena entramos en la estación y subimos a la parte de arriba a esperar a que anunciaran nuestro tren. El tren salía de Milano Centrale a las 9:35 y llegaba a Santa Lucia a las 12:10 por un módico precio de 40,40 euros dos personas en tarifa amica pillada por Internet casi dos meses antes.
Mientras esperábamos el tren intentaron vendernos un ADSL super estupendo, menos mal que al ser guiris entendieron que no íbamos a comprarlo. Por fin lo anunciaron, así que nos sentamos y………después de unas cuantas paradas y un tiempo llegamos a Santa Lucia.
En la estación compramos nuestros billetes de vuelta por el mismo precio y la tarjeta de transporte válida para tres días que junto con la Rolling Card nos costo 22 euros por persona.
Al salir de la estación parece que ya estés en otro mundo, hacia un calor insoportable, todo lleno de gente y yo con bufanda, madre mía!!! Sin quitarme la bufanda encontramos la parada del vaporetto número 1 en dirección a Rialto y seguimos haciéndonos fotos sin parar, nos subimos e hicimos el recorrido hasta la parada del mercado de Rialto donde nos bajamos (que gracia ver a las señoras ir a hacer la compra con sus carrito subidas en los vaporettos), bajamos y en menos de 3 minutos estábamos en nuestro B&B.
El B&B era super chulo, estaba todo reformado, la dueña era muy amable y pedazo de desayuno que luego veréis. Su precio era 90 euros por noche, así que 180 euros teníamos nuestro lugar para descansar en Venecia, el único inconveniente es que estaba en un tercer piso sin ascensor pero bueno tampoco importaba demasiado.
Dejamos las maletas en la habitación y con el mapa que nos dio la dueña nos marchamos a ver el Puente Rialto (sencillamente precioso y lo teníamos a 50 metros) y a buscar un sitio para comer que estaba cerca y habían recomendado por internet, Osteria Ae Sconte.
Pedimos el menú turístico que si no recuerdo mal eran 14 euros por persona con bebida y sin postre. De primero pedimos spaghetti al Nero di sepia y spaghetti al pomodoro y de segundo fritura de calamares y pollo con ensalada. Aquí os pongo los segundos platos.
Una vez acabamos de comer decidimos aprovechar la tarde en ver las islas, así que callejeando por Venecia nos dirigimos hasta Fondamenta Nuove, sin olvidar volver a probar los famosos helados italianos en una heladería cercana a donde comimos y pillar el vaporetto a Murano (la isla de donde es uno de los cristales más conocidos del mundo).
Esta isla es como una replica de Venecia pero en miniatura, esta llena de tiendas que venden objetos de cristal de Murano y tiene una especie de gran canal que la atraviesa.
Al salir de la estación parece que ya estés en otro mundo, hacia un calor insoportable, todo lleno de gente y yo con bufanda, madre mía!!! Sin quitarme la bufanda encontramos la parada del vaporetto número 1 en dirección a Rialto y seguimos haciéndonos fotos sin parar, nos subimos e hicimos el recorrido hasta la parada del mercado de Rialto donde nos bajamos (que gracia ver a las señoras ir a hacer la compra con sus carrito subidas en los vaporettos), bajamos y en menos de 3 minutos estábamos en nuestro B&B.
El B&B era super chulo, estaba todo reformado, la dueña era muy amable y pedazo de desayuno que luego veréis. Su precio era 90 euros por noche, así que 180 euros teníamos nuestro lugar para descansar en Venecia, el único inconveniente es que estaba en un tercer piso sin ascensor pero bueno tampoco importaba demasiado.
Dejamos las maletas en la habitación y con el mapa que nos dio la dueña nos marchamos a ver el Puente Rialto (sencillamente precioso y lo teníamos a 50 metros) y a buscar un sitio para comer que estaba cerca y habían recomendado por internet, Osteria Ae Sconte.
Pedimos el menú turístico que si no recuerdo mal eran 14 euros por persona con bebida y sin postre. De primero pedimos spaghetti al Nero di sepia y spaghetti al pomodoro y de segundo fritura de calamares y pollo con ensalada. Aquí os pongo los segundos platos.
Una vez acabamos de comer decidimos aprovechar la tarde en ver las islas, así que callejeando por Venecia nos dirigimos hasta Fondamenta Nuove, sin olvidar volver a probar los famosos helados italianos en una heladería cercana a donde comimos y pillar el vaporetto a Murano (la isla de donde es uno de los cristales más conocidos del mundo).
Esta isla es como una replica de Venecia pero en miniatura, esta llena de tiendas que venden objetos de cristal de Murano y tiene una especie de gran canal que la atraviesa.
En ella pasamos un buen rato visitándola y comprando regalitos para la family. Después de un buen rato nos fuimos a buscar la parada de vaporetto a Burano (me llamaba mucho la atención ver esta isla) y nada más llegar nos subimos. Este vaporetto tarda sobre unos 30 minutos en llegar Burano, es más grande que todos los demás y es muy gracioso ver por donde pasa en barquito carteles de tráfico donde indican que esta prohibir rebasar los 25km/h, si es que todo en Venecia es diferente!!!!.
La isla de Burano es preciosa, esta toda llena de casitas colores, tiene canales como las demás islas, iglesia y tiendas de encaje y máscaras. Allí vi la máscara de mis sueños….sueño arrebatado en cuanto me dijeron el precio, 320 eurazos!!!!
Después de visitarla como empezaba a anochecer nos dimos cuenta que no nos daba tiempo a ir a Torcello, así que regresamos para Venecia dispuestos a ir a L’ Angelo a por una pizza para cenar, pero aquí hicimos nuestro descubrimiento del día.
Después de visitarla como empezaba a anochecer nos dimos cuenta que no nos daba tiempo a ir a Torcello, así que regresamos para Venecia dispuestos a ir a L’ Angelo a por una pizza para cenar, pero aquí hicimos nuestro descubrimiento del día.
Justo enfrente de la parada del vaporetto de Fondamenta Nuove vimos un sitio de pizzas para llevar, entramos y nos compramos una pizza mediana capricciosa con la que te regalaban un cerveza, una porción a parte y una botella de agua de 2 litros, en total 8 euros. La pizza estaba buenísima y no tiene nada que envidiar a las del famoso L’Angelo. Cogimos el vaporetto y paramos a comérnosla en los escalones que dan al gran canal desde la estación Santa Lucia con Venecia iluminada. Acabamos de cenar y nos fuimos ya a dormir al B&B no sin antes pasar por el puente Rialto y hacernos fotos con él iluminado.
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