Hoy era nuestro segundo día en Irlanda, así que después de no poder visitar la fábrica Guinness el día anterior, lo primero que hicimos fue ir a visitarla y en realidad fue todo un acierto porque cuando llegamos estaba vacía y luego más tarde se lleno de lo lindo.
Nos fuimos andando y en unos 15 minutos estábamos recogiendo nuestras entradas de las máquinas de la fábrica. Nosotros la habíamos comprado online por adelantado y nos habíamos ahorrado 1,50 euros por entrada y en total nos costaron 27 euros las dos entradas.
La visita a la Guinness es imprescindible para mí solo por las vistas que se tienen desde el Gravity Bar de la ciudad, lo demás es prescindible. Yo la historia y el proceso de fabricación de la cerveza me la se bastante bien porque un familiar ha trabajado en una fábrica cervecera durante muchos años, pero bueno puede ser interesante para quien no lo sepa.
Nada más entrar coges una guía de audio gratuita que te da toda la explicación y no te pierdes nada.
Nos fuimos andando y en unos 15 minutos estábamos recogiendo nuestras entradas de las máquinas de la fábrica. Nosotros la habíamos comprado online por adelantado y nos habíamos ahorrado 1,50 euros por entrada y en total nos costaron 27 euros las dos entradas.
La visita a la Guinness es imprescindible para mí solo por las vistas que se tienen desde el Gravity Bar de la ciudad, lo demás es prescindible. Yo la historia y el proceso de fabricación de la cerveza me la se bastante bien porque un familiar ha trabajado en una fábrica cervecera durante muchos años, pero bueno puede ser interesante para quien no lo sepa.
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El horario de visita es de 9:30 de la mañana a 5 de la tarde (a mí a las 4 no me dejaron entrar) todos los días de la semana. Este horario se amplia hasta las 7 de la tarde los meses de julio y agosto. Cierran el día de Nochebuena, Navidad, el 26 de diciembre (San Esteban) y el día de viernes Santo.
La mejor forma de llegar es a pie. Desde Dame Street (la calle perpendicular a la entrada principal de Trinity College) continúe todo recto. Siga la calle, dejando atrás Christchurch a la derecha, y continúe por Thomas Street. Gire a la izquierda en Crane Street y, al final de la calle, gire a la derecha en Market Street. GUINNESS STOREHOUSE® está a la derecha. Duración del viaje: 20 minutos.
También se puede ir en autobús:
- Línea 51B que sale de Aston Quay, tiene una frecuencia de 15 minutos. Duración del viaje: 10 minutos.
- Línea 78A que sale de Aston Quay, tiene una frecuencia de 8-10 minutos. Duración del viaje: 10 minutos
- Línea 123, que puede tomar en O'Connell Street, tiene una frecuencia de 8-10 minutos. Duración del viaje: 10 minutos
- Línea 123 que puede tomar en Dame Street, tiene una frecuencia de 8-10 minutos. Duración del viaje: 10 minutos.
A continuación os pongo un resumen detallado de lo que se hace y se visita en cada planta que está sacado de la propia página web de Guinness Storehouse.
ATRIO
El STOREHOUSE® (almacén) se construyó originalmente en 1904 con el fin de albergar el proceso de fermentación de la cerveza GUINNESS®. Este increíble edificio se construyó siguiendo el estilo de la Escuela de Arquitectura de Chicago, que usa enormes vigas a acero para dar apoyo a la estructura del edificio. El edificio STOREHOUSE® albergó el proceso de fermentación de la cerveza GUINNESS® hasta 1988, y en noviembre de 2000 abrió sus puertas al público, sumándose a la oferta turística de Dublín. La parte principal del edificio GUINNESS STOREHOUSE® tiene forma de pinta gigante, que se eleva desde la recepción, en la planta baja, hasta el Gravity Bar, que parece rozar el cielo. Llena, esta pinta gigante contendría aproximadamente 14,3 millones de pintas de GUINNESS. GUINNESS STOREHOUSE® alberga también la tienda oficial GUINNESS®, donde encontrará todo tipo de productos oficiales y recuerdos exclusivos.
PLANTA BAJA
En la planta baja, donde también puede visitar la tienda, la impresionante exposición le presenta los cuatro ingredientes: agua, cebada, lúpulo y levadura, cuya sabia combinación da lugar a la pinta perfecta. A continuación tendrá oportunidad de conocer al 'quinto ingrediente': el creador, Arthur Guinness.
PRIMERA PLANTA
Nuestro maestro cervecero virtual le mostrará paso a paso el proceso de fabricación de la cerveza. En esta misma planta encontrará un Laboratorio de degustación de última generación, donde podrá descubrir las distintas variedades de cerveza GUINNESS®. Los visitantes tendrán la oportunidad de explorar el mundo del transporte de la cerveza GUINNESS® y descubrir el arte de la fabricación de toneles.
SEGUNDA PLANTA
Aquí podrá hacer un recorrido por la historia de las campañas publicitarias de GUINNESS®, y podrá admirar recuerdos de la marca, así como la historia de conocidos iconos, desde el tucán hasta los surfistas de GUINNESS®. También tendrá la oportunidad de ver una selección de anuncios televisivos de GUINNESS®, que han hecho de la marca un emblema de Irlanda conocido en todos los rincones del mundo.
TERCERA PLANTA
La Zona 'Tú eliges' es una exposición interactiva que invita a los visitantes a reflexionar sobre sus hábitos de consumo de alcohol y discernir la línea que separa la diversión del abuso de la bebida.
CUARTA PLANTA
La exposición 'Historia del edificio' hace un recorrido por la historia del mismo desde su construcción como planta de fermentación en 1904 hasta su resurgimiento en el año 2000 como GUINNESS STOREHOUSE® visitor experience. También aquí se encuentra el tablón de mensajes, donde tendrá oportunidad de anotar sus reflexiones sobre aquello que desee.
QUINTA PLANTA.
Aprenda a tirar una pinta de GUINNESS® y reciba un certificado de acreditación de su destreza. En esta planta se encuentra también el Source Bar , con su artístico diseño, y, junto al mismo, el informal y relajante Brewery Bar , ideal para comer. Disfrute de la cocina tradicional irlandesa con recetas tradicionales del país en las que GUINNESS® es uno de los ingredientes básicos.
Aprenda a tirar una pinta de GUINNESS® y reciba un certificado de acreditación de su destreza. En esta planta se encuentra también el Source Bar , con su artístico diseño, y, junto al mismo, el informal y relajante Brewery Bar , ideal para comer. Disfrute de la cocina tradicional irlandesa con recetas tradicionales del país en las que GUINNESS® es uno de los ingredientes básicos.
La sección My Goodness My Gilroy es una exposición de la obra de John Gilroy, el artista responsable de la famosa campaña publicitaria de GUINNESS® desde 1930 hasta 1960. Abierta al público en julio de 2004 con motivo de la celebración del 75º aniversario de las campañas publicitarias de GUINNESS®, la exposición muestra bocetos originales, ilustraciones y posters de Gilroy procedentes del Archivo GUINNESS®. También se muestran los anuncios televisivos de GUINNESS® emitidos en 1955, en los que cobraron vida los famosos personajes de Gilroy.
SEXTO PISO
El GRAVITY® Bar. Por fin ha llegado a la parte superior de la pinta. Aquí es donde recibirá su pinta gratuita de cerveza GUINNESS®. Relájese y disfrute de las ininterrumpidas vistas panorámicas de la ciudad de Dublín. Se trata, sin duda, de uno de los lugares más espectaculares que se pueden visitar en Dublín.
El GRAVITY® Bar. Por fin ha llegado a la parte superior de la pinta. Aquí es donde recibirá su pinta gratuita de cerveza GUINNESS®. Relájese y disfrute de las ininterrumpidas vistas panorámicas de la ciudad de Dublín. Se trata, sin duda, de uno de los lugares más espectaculares que se pueden visitar en Dublín.
Aquí es donde puedes ver y hacer fotos de la ciudad mientras te tomas una pinta. Antes he dicho que fue buena idea ir a primera hora porque cuando llegamos el Gravity Bar estaba prácticamente vacío y fue sentarnos y a los 10 minutos empezó a llegar gente que se tuvo que quedar de pie porque todos los asientos estaban ocupados.
Estuvimos un buen rato en el Gravity Bar y después nos fuimos derechitos a visitar Christchurch Cathedral.
Horario de apertura: Septiembre - octubre: El lunes - el sábado: 09.45-17,15; el domingo: 12.30-14.30
De mayo de noviembre-: El lunes - el sábado: 09.45-16.15; el domingo: 12.30-14.30, 16.30-17.15
Junio - agosto: El lunes - el sábado: 09.45-18.15 (excepto en caso de servicio coral cuando Catedral cierra a las 17.00 horas) Domingo: 12.30-14.30, 16.30-18.15
Adultos de individuos: 6 €; las personas de edad 4 €; estudiantes 3 €.
Yo saqué mi carnet de estudiante de la universidad caducado hace un año y coló de pleno porque nos hicieron descuento de estudiante a los dos y nos costaron 6 euros las dos entradas, en vez de 12 euros.
De mayo de noviembre-: El lunes - el sábado: 09.45-16.15; el domingo: 12.30-14.30, 16.30-17.15
Junio - agosto: El lunes - el sábado: 09.45-18.15 (excepto en caso de servicio coral cuando Catedral cierra a las 17.00 horas) Domingo: 12.30-14.30, 16.30-18.15
Adultos de individuos: 6 €; las personas de edad 4 €; estudiantes 3 €.
Yo saqué mi carnet de estudiante de la universidad caducado hace un año y coló de pleno porque nos hicieron descuento de estudiante a los dos y nos costaron 6 euros las dos entradas, en vez de 12 euros.
Es más bien una iglesia que una catedral pero es tan bonita por dentro como por fuera. Estábamos teniendo mucha suerte porque de momento aunque estábamos a unos 12 grados hacia sol y no se estaba mal en la calle.
Cuando salimos de verla, mi costillo ya tenía hambre, así que de camino paramos en un restaurante a comer cerca del Trinity College que nos costó 30 pavos a los dos comer. Nos pedimos una ensalada cesar y un fish and chips para cada uno con la bebida.
Ya con la barriguita llena, nos fuimos de camino a la estación. Nuestra idea era visitar Howth y Malahide, pero nuestros planes se vieron un poco trastocados al no poder visitar la Guinness el primer día y decidimos ir a ver Howth y dejar Malahide para otra incursión futura a Irlanda, aunque según cierto “monumento” yo no volveré pero mi costillo sí.
Eran las 14:30 aproximadamente cuando nosotros cogíamos el DART hacia Howth. Tarda sobre una media hora en llegar y nos costaron 9.20 euros los billetes de ida y vuelta del DART.
Una vez sales de Dublín se empieza a ver el paisaje irlandés que tan verde es (jajaja, y sin haberlo deseado, me la salido un pareado). Yo estaba disfrutando como una enana mientras mi costillo se dormía un poco.
Howth es un pintoresco pueblecito costero enclavado en una pequeña península en un extremo de la misma bahía de Dublín. Es un lugar perfecto donde poder ver, aunque sea un poquito, lo que todo el mundo tiene en mente cuando piensa en Irlanda: praderas verdes que se asoman al mar en forma de acantilados.
Ya con la barriguita llena, nos fuimos de camino a la estación. Nuestra idea era visitar Howth y Malahide, pero nuestros planes se vieron un poco trastocados al no poder visitar la Guinness el primer día y decidimos ir a ver Howth y dejar Malahide para otra incursión futura a Irlanda, aunque según cierto “monumento” yo no volveré pero mi costillo sí.
Eran las 14:30 aproximadamente cuando nosotros cogíamos el DART hacia Howth. Tarda sobre una media hora en llegar y nos costaron 9.20 euros los billetes de ida y vuelta del DART.
Una vez sales de Dublín se empieza a ver el paisaje irlandés que tan verde es (jajaja, y sin haberlo deseado, me la salido un pareado). Yo estaba disfrutando como una enana mientras mi costillo se dormía un poco.
Howth es un pintoresco pueblecito costero enclavado en una pequeña península en un extremo de la misma bahía de Dublín. Es un lugar perfecto donde poder ver, aunque sea un poquito, lo que todo el mundo tiene en mente cuando piensa en Irlanda: praderas verdes que se asoman al mar en forma de acantilados.
Su puerto pesquero es el sitio perfecto para probar algo de pescado o marisco fresco en alguno de sus típicos pubs y restaurantes, dar un paseo por los espigones contemplando los barcos del puerto o hacer una bonita excursión por los acantilados que lo rodean camino del faro.
La excursión hasta el faro, está perfectamente señalizada, y aunque hay que tener cuidado tiene unas bonitas vistas al mar desde lo alto de los acantilados y se pueden ver focas. De hecho, nosotros las vimos!!!!
El premio de un paseo de poco más de media hora, caminando suave a ritmo tranquilo es unas vistas del faro (que no se puede visitar). ¡Merece la pena!
Cuando llegamos hacia un aire del copón y frio, frio, pero nos dio igual y nos fuimos a callejear por el pueblo y por el puerto y sobre todo, a conseguir ver los leones marinos. Al final los vimos nadando por el puerto y salir a la superficie, pero no les pude hacer ninguna foto en condiciones porque con la cámara salían todas borrosas (razón que me hace pensar, que tengo que renovar la cámara ya, si o si)
Era ya bastante tarde cuando salimos de Howth porque el aire y que ya no había sol cuando volvimos para Dublín. De camino al B&B paramos en un supermercado a comprar provisiones para el día siguiente que nos íbamos de excursión y no sabíamos si podríamos comer en ningún sitio y aprovechamos para ver la Custom House desde el otro lado y hacerle unas fotillos.
De ahí, nos fuimos a cenar en un restaurante que estaba cerca de B&B y luego a dormir y descansar.
Cuando llegamos hacia un aire del copón y frio, frio, pero nos dio igual y nos fuimos a callejear por el pueblo y por el puerto y sobre todo, a conseguir ver los leones marinos. Al final los vimos nadando por el puerto y salir a la superficie, pero no les pude hacer ninguna foto en condiciones porque con la cámara salían todas borrosas (razón que me hace pensar, que tengo que renovar la cámara ya, si o si)
Era ya bastante tarde cuando salimos de Howth porque el aire y que ya no había sol cuando volvimos para Dublín. De camino al B&B paramos en un supermercado a comprar provisiones para el día siguiente que nos íbamos de excursión y no sabíamos si podríamos comer en ningún sitio y aprovechamos para ver la Custom House desde el otro lado y hacerle unas fotillos.
De ahí, nos fuimos a cenar en un restaurante que estaba cerca de B&B y luego a dormir y descansar.
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