miércoles, 14 de diciembre de 2011

COBLENZA



El hotel elegido para nuestra noche en Coblenza fue el Hotel Hamm y os pongo unas fotos sacadas de su web para que lo podáis ver. Personalmente, por precio, ubicación y habitación, me gustó más el de Frankfurt pero este tampoco estaba tan mal.


Llegamos a Coblenza sobre las 15:00 de la tarde, así que dejamos las maletas y el coche aparcado en el hotel, le pedimos un mapa de la city al señor de recepción y allá que nos fuimos a patear la ciudad y a comernos unas salchichas alemanas en un restaurante que había cerca de Zentralplatz.

Coblenza (Koblenz en alemán) es una ciudad situada a ambos lados del Rin en su confluencia con el río Mosela. Después de Maguncia y Ludwigshafen, es la tercera ciudad más grande en el estado federal de Renania-Palatinado (Rheinland-Pfalz en alemán), Alemania.

Posee unas extensas fortificaciones defensivas, compuestas de fuertes en lo alto de las colinas que circundan la ciudad al oeste, y de la fortaleza de Ehrenbreitstein al lado opuesto del Rin. La ciudad vieja tiene forma triangular, con dos lados flanqueados por los ríos Rin y Mosela y el tercero por una línea de fortificaciones. La última fue destruida en 1890, lo que permitió a la ciudad expandirse en esta dirección. Justo al exterior de las antiguas murallas está la nueva estación de ferrocarril, donde se une la línea de Colonia-Maguncia con la línea Metz-Berlín. (Sacado de la Wikipedia)

A parte de callejear por la ciudad y perdernos por sus calles, que es lo que más nos gusta de cuando salimos a ver cosas lo primero que hicimos fue coger Viktoriastrasse hasta llegar a la Zentralplatz donde estaban haciendo actividades para los niños y la gente joven (me sorprendió que en todas las plazas hubieran mercadillos, puestos o actividades al aire libre).


Nuestro objetivo era llegar hasta el conocido rincón alemán y hasta ese momento recorreríamos y veríamos todo lo se nos pusiese por delante.

Fuimos callejeando hasta Jesuitenplatz y alli habia como un mercadillo y luego zonas donde la gente jugaba y los niños participaban...me encantó!!!






Tuvimos la suerte de que aunque por internet cuando miré ponia que nos iba a llover todo el fin de semana, solo nos llovió de vuelta al aeropuerto cuando íbamos en el coche, y por eso la gente estaba sentada en las terrazas de los cafés tomando helados y cerveza a tutiplen.



De camino al Rincón Alemán, paramos a ver Kastor Brunnen, a actual construcción surgió a finales del siglo XII. El Papa Juan Pablo II nombró a la iglesia de San Cástor basílica menor. Interesante es también la fuente en la plaza de la iglesia, cuya curiosa inscripción recuerda el final de la época francesa.



Después de ver la iglesia continuamos recto por el parque que hay a continuación y llegamos al conocido Rincón Alemán de Coblenza donde confluyen los dos ríos, el Rhin y el Mosela.

Aquí se encuentra el monumento del emperador Guillermo, que sirvió como monumento conmemorativo de la unidad alemana, desde 1953 hasta la reunificación en 1990. A causa del asentamiento de la Orden de los Caballeros Teutónicos ,este lugar recibió el nombre de “Rincón Alemán”. 




La fortaleza Ehrenbreitstein se alza a 118 metros sobre el Rin frente al Rincón Alemán. Alrededor del año 1000 surgió aquí un pequeño castillo, que con el pasar del tiempo se convirtió en una fortaleza hecha por los príncipes electores de Tréveris. Después de su destrucción, provocada por los franceses, fueron los prusianos quienes fortificaron Ehrenbreitstein nuevamente. Se construyó una de las fortalezas más fuertes en Europa después de 1815, que aún hoy se conserva casi íntegramente.


Después de este agotador día, nos volvimos para el hotel (os aseguro que mis pies estaban muertos) no sin antes para a cenar en un italiano que había cerca del hotel.

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