jueves, 22 de diciembre de 2011

Llegada a Milán

Tenia ganas de hacer una escapada a alguna ciudad de europa, asi que con la excusa me metí en internet y zas!....habia una oferta para volar a Milan desde Valencia por 50 euros, asi que casi sin pensarlo ya me imagine ir a Milan y aprovechar el viaje para visitar Venecia que era una ciudad que llevaba tiempo en la mente.


Empece a mirar el alojamiento para las dos ciudades. En Milan lo encontré enseguida y en Venecia me costo un poco porque al ir en temporada alta y querer estar en la isla de Venecia se subia un poco de precio, pero al final lo encontramos. 


Ya lo teniamos todo pillado y mirado solo quedaba que llegara el dia de volar hacia Italia.

Estabamos a 16 de abril de 2009 y por fin habia llegado el día esperado y allá que nos fuimos con nuestro equipaje de mano (no facturamos nada, porque total para 5 días nos cabía todo) al aeropuerto de Manises una hora antes.

Nuestro vuelo salía a las 14:30 y en una hora y media estábamos aterrizando en Bérgamo. Cual fue nuestra sorpresa que cuando salimos del avión estaba cayendo la del pulpo, menuda agua caía, así que sacamos nuestros paraguas y chubasquero respectivo y todo arreglado.


Antes de salir del aeropuerto, fuimos a comprar nuestros tickets de autobús para ir a Milán (ida y vuelta para dos personas sobre 26 euros, exacto, exacto no lo se porque no los encuentro). Nos costo una hora mas o menos llegar a la estación central de Milan, tener cuidado porque hay mucha gente pendiente de que te despistes y mangarte algo. Sacamos nuestro GPS porque no teníamos mapa para llegar al hotel y en unos 5 minutos estábamos allí.


El hotel se llamaba Delle Nazioni, es un poco viejo pero vamos por 50 euros la noche en Italia, digamos que no esta mal, lo único que es sorprendente es la llave de la habitación, que un poco más y nos disloca el hombro al cogerla, os juro que era maciza.





Dejamos las maletas en el hotel y paraguas en mano nos fuimos a ver Milan. 

Llegamos por fin a la Via Manzoni y fue en ese momento cuando nos dimos cuenta de donde estábamos, que si un hotel de Armani, que si tiendas de no se quien y de repente……..La Scala donde habían muchas personas haciendo cola, vestidos de tiros largos para ir a la opera. 


Justo en esa misma plaza se encuentra una de las entradas a la famosa Galeria Vitorio Enmanuelle II, entramos en ella y es preciosa, llena de tiendas caras como Gucci, Prada, Mercedes y justo en el cruce de las cuatro calles que forman la galería estaban haciendo un concierto de música en directo y allí nos quedamos escuchando y grabándolo en video. 


Tengo que decir que a mi me recuerdan muchísimo a las galerías Saint Hubert de Bruselas, así que si habéis estado en Bruselas os podéis hacer una idea.





Lo que más me gusta es cuando vas por dentro de la galería en dirección al Duomo y de repente……esta allí impresionante y bonito. Nosotros cuando llegamos estaba atardeciendo y el sol reflejaba en su fachada y era realmente espectacular, nunca me he quedado tan sorprendida con ningún templo católico tanto como con este. 





La plaza del duomo esta llena de gente que te ofrece maíz para que le des de comer a las palomas, cosa que tendrá un cargo adicional, aunque preferí no comprobarlo, mientras estábamos allí una mujer lo quiso comprobar y nada más tenerlo en su mano dejamos de ver a la mujer para ver solo palomas sobre ella.


Paseamos, nos hicimos las fotos de rigor y nos dirigimos hacia el Castillo de Sforcezco, viendo el edificio de Correos de Milan y varia callejuelas del centro histórico de la ciudad.








Una vez lo divisamos de lejos nos dirigimos hacia él y entramos gratuitamente, cosa que se agradece en todos los viajes y vimos como eran los patios interiores y el museo que hay dentro. En él se encuentran esculturas de mármol, pintura y una colección de armas de todo tipo. 





Cuando salimos de nuestra visita al museo decidimos salir por la parte trasera y dar un paseíto por el Parque Sempione que es uno de los parques más grandes de la ciudad, al final se divisa el Arco de la Paz en la Piazza Sempione y dentro del mismo se puede encontrar la Arena Napoleónica, el Acuario, la Torre, el Teatro del Arte (llamado Triennale) y la biblioteca municipal. 


A estas horas ya estaba anocheciendo y aunque no había llovido nada mientras estábamos en Milan empezó a relampaguear y nos fuimos de camino al hotel donde nos esperaba nuestro bocadillo que habíamos traído desde Valencia para cenar.


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