miércoles, 29 de febrero de 2012


Bueno, antes que nada quiero dejar claro que este diario de Roma, más que contaros mis andanzas por esta preciosa ciudad, me voy a dedicar a haceros un guía útil sobre todo lo que hay que ver, hacer y disfrutar en la antigua capital del Imperio Romano.

Quiero explicar que al ser una ciudad tan visitada y tan grande creo que es más útil hacer una especie de guía práctica de la ciudad. En todo caso os digo que en ciudades de este tipo como Paris, Londres, etc., haría lo mismo.

Así que os anuncio que en los días próximos….






sábado, 18 de febrero de 2012

Conclusiones


Después de acabar de escribir este nuevo diario ya puedo dedicar un espacio a las conclusiones del viaje y que a partir de ahora formará parte de la nueva estructura de los diarios donde quiero explicar lo que más me ha gustado, lo que menos, lo que considero imprescindible y todos los consejos y recomendaciones que se me vayan ocurriendo de cada destino.

LO QUE NO NOS HA GUSTADO

·       La comida del último día en Marsaxlokk.

·       Que los autobuses tarden tanto en hacer los recorridos.

·       Que nos hiciera tanto aire todos los días. Nos han dicho que este invierno es de los más fríos que recuerdan y que de normal aunque sea enero nunca suele hacer tanto frío.

·       Que muchas cosas estén escritas en maltés y eso conlleve que no nos enteráramos de nada.

REGULÍN, REGULAN…

·       Los Templos de Ggantija que los visitamos y no fue de lo peor, pero tampoco de lo mejor. Vamos que ni fu ni fa!

·       La ciudad de La Valleta, que está descuidada y no tiene nada de vida por la tarde.

·       La zona de los acantilados de Dingli.

·       La ciudad de Rabat.

LO QUE MÁS NOS HA GUSTADO

·       Que con el autobús puedas llegar a todos los sitios de la isla y no tengas que alquilar coche.

·       El plato de conejo a la maltesa.

·       La zona de Dwerja en Gozo.

·       El gran Puerto de Malta y las vistas que se tienen desde los Upper Barraca Gardens.

·       El apartamento que reservamos porque estaba limpio, era nuevo y había muchísimo espacio.

·       La amabilidad con la que te tratan los malteses.

·       Lo barato que es el transporte en Malta.

·       La ciudad de Mdina.

·       El puerto de Marsaxlokk.

IMPRESCINDIBLE

·       Dedicar un día del viaje a visitar Gozo.

Último día en Malta y nos vamos a Marsaxlokk


¡Oh! Que penita, hoy era nuestro último día en la isla de Malta.

Nuestro avión salía a las 7 de la tarde, así que teníamos casi todo el día para poder aprovecharlo bien. Desayunamos y como este era un viaje de placer y de relax, entre que recogimos todo y nos fuimos a dejar las maletas en el hotel se nos hicieron casi las 10 de la mañana. Pero no pasaba nada, ya que nuestra intención de hoy era ir a ver el puerto de Marsaxlokk y después pasear por Valleta y comprar algunos regalitos para traernos.

Cogimos de nuevo el bus número 13 y nos fuimos hacia la estación de autobuses de Valleta.


Para ir a Marsaxlokk teníamos que coger el bus número 81 y tuvimos otra vez bastante suerte, ya que nada más llegar, vimos que el autobús llegaba a la parada. Nos subimos y a los 10 minutos ya estábamos en marcha.

Tardamos una hora aproximadamente en llegar. Se ve que este autobús hace muchas paradas para llegar hasta allí porque en el mapa, el recorrido no era tan largo.

El autobús te deja en un lateral del puerto y de ahí ya puedes pasear por él. A nosotras nos gustó mucho y nos habría gustado mucho más si las condiciones hubieran sido otras. Hay que tener en cuenta que los domingos cuando ponen el mercado de pescado, tiene que ser completamente diferente y si a eso le sumamos que hacía bastante frío y estaba nublado, las vistas no son lo mismo. Y aún así nos gustó bastante, así que imaginábamos como sería en verano y con un día de mercado.



Marsaxlokk es una localidad de pescadores que está en el sur de la isla. La verdad es que la zona sur no suele ofrecer grandes atractivos para los turistas, salvo quizá algún yacimiento neolítico como los templos de Tarxien y el hipogeo Hal Saflieni en la localidad de Paola  o alguna zona para bucear en el suroeste de la isla, pero este pueblo esta muy bien valorado y aparece en la ruta de muchos viajeros.



Estuvimos dando una vuelta por el paseo y mi madre aprovechó para comprarse un delantal con motivos malteses típicamente hecho para los guiris, jajaja!!

En nuestro paseo dedicamos un rato a observar la actividad de los pescadores y de las personas de la zona.



El paseo está lleno de bares y de restaurantes para sentarse a comer y no son extremadamente caros. Hay para todos los gustos y bolsillos. Nosotras decidimos que ya que estábamos ahí queríamos probar algún plato de marisco, pero en realidad ninguno ofrecía una mariscada como la podemos encontrar en España, así que decidimos entrar en uno que tenía risotto (mi madre quería comer eso ese día) y que tenían coctel de gambas y pasta a la marinera que era lo que quería comer yo.



En base a nuestra elección, creo que no nos sirvió de nada mirar algunos restaurantes porque creo que elegimos el peor. La comida no estaba nada buena y el local era de higiene sospechosa. La cuestión es que tenían un plato de pescado fresco del día para que la gente eligiera el tipo de pescado que quería a la parrilla. El tío no hacía más que sacar y meter el pescado, en cuanto veía a alguien pasar, allá que iba a la calle a enseñarle el pescado “fresco” que tenía, y al rato de pasear el pescado por medio puerto, llegaron unos guiris, eligieron el pescado y les pusieron los pescados que habían paseado por todo el paseo y volvieron a poner unos nuevos en la bandeja. Los pobres guiris se llevaron los pescaditos con los ojos extraños y la boca abierta…uff! Que asco!! Y nuestra comida….que decir de nuestra comida…

La bruschetta que pedimos tenía el pan socarrado, mi pasta estaba asquerosa y el risotto de mi madre, era una “plasterá” de arroz que sólo sabia a pimiento.

Salimos de allí con una angustia que pa’ que… creo que hicimos la comida más rápida de todos los días!! Si vais allí, cuidado con el restaurante que elegís. Lo mejor hubiera sido que nos hubiéramos ido al de las pizzas, que por los menos hubiéramos comido.



Después de comer y haber hecho mil fotos en el puerto (bueno mil, no, unas cuantas sólo), cogimos el bus de regreso a Valleta.

Una vez en Valleta, estuvimos paseando por Republic Street para comprar regalitos y nos llevamos un llavero, una pulsera, dos imanes-abrelatas del típico autobús de Malta y un marco de fotos que es un autobús. Que íbamos a comprar si no, después de la panchada a coger autobuses que nos habíamos metido entre pecho y espalda en este viaje.

Acabamos nuestras compras y nos fuimos de regreso al hotel a recoger nuestras maletas. Y de ahí derechitas a la parada del autobús a coger el X2 para ir al aeropuerto.

Como ya os dije en otro etapa cualquier autobús que lleve X os lleva al aeropuerto. Nosotras estábamos 45 minutos esperando en la parada a que llegara el autobús y no venía, así que nos cansamos de esperar y cogimos el primer bus que pasó con destino Valleta. Después de lo que habíamos tardado en llegar el primer día desde el aeropuerto, no nos podíamos arriesgar a coger el autobús muy tarde porque no sabíamos cuanto podría tardar en llegar. Así que por eso cambiamos de planes y nos fuimos a por otro.

Una vez estéis en la estación de buses de Valleta, podéis coger tanto el X4 como X5 para ir al aeropuerto. El primero que llegó fue el X5, así que nos subimos y en poco más de 30 minutos estábamos en el Aeropuerto de Malta.

El vuelo de regreso salió puntual y a las 9 de la noche ya estábamos en Valencia y nos estaban esperando mi padre y mi costi para irnos a casa.

lunes, 13 de febrero de 2012

Gozando en Gozo


Hoy era nuestro tercer día en Malta y como el día anterior no pudimos hacer el planning lo pasamos a este día.

Hoy tocaba atravesar Malta y visitar la isla vecina: Gozo.

Nos levantamos un poco antes que el día anterior y desayunamos tranquilamente. Nos preparamos los respectivos bolsos con todo lo necesario para pasar el día fuera y a las 9:00 ya estábamos saliendo del apartamento.

Lo que hicimos fue ir directas a la parada del autobús que estaba justo en la puerta del hotel y desde allí cogimos el bus número 13, no sin antes comprar los respectivos “day tickets” por los 2,60 euros. Ahí ya teníamos cubierto todo el transporte del día en la isla de Malta.

Cuando llegamos a la altura de Pembroke Park & Ride, bajamos del autobús porque nos tocaba hacer trasbordo para llegar hasta la terminal de ferris de Cirkewwa.

A los 10 minutos de estar esperando en la parada llego el esperado autobús número 222. Este ya sería el definitivo que nos llevaría hasta la terminal. El trayecto hasta Cirkewwa se hace un poco largo y el paisaje es un poco monótono porque es siempre lo mismo y a eso le sumas que tardamos una hora y media en llegar, pues si, se nos hizo larguísimo.

Nada más bajar del autobús, nos fuimos hacia las taquillas a comprar los billetes de ida y vuelta por 4,65 euros por persona. Con nuestros billetes en la mano, nos fuimos a hacer la cola para subir al ferri, pues había uno que ya se veía de camino y al rato abrieron las puertas para que fuéramos hacia él.

Nos subimos y nos sentamos en una mesa de la cafetería cerca de la ventana para poder ver un poco el trayecto mientras nos bebíamos un refresco un nos comíamos unos snacks para pasar el rato. En 25 minutos ya estábamos en Gozo.

Salimos de la terminal de ferris de Gozo y en la misma puerta estaba la parada del bus que teníamos que coger, ya que nuestro próximo destino era Victoria (la capital de la isla). Aquí volvimos a comprar el ticket válido para todo el día en la isla de Gozo por el mismo precio que el de Malta.

Íbamos en el bus número 301 que en unos 15 minutos nos dejó en la estación de autobuses de Victoria. Tuvimos tanta suerte, que nada más llegar estaba aparcando el próximo bus que teníamos que coger, así que nos fuimos directas hacia él.

La próxima parada era Dwerja para ver la famosa Azure Window, así que cogimos el bus número 302 y enseguida llegamos a la ventana. Bajamos del autobús y empezamos a hacer fotos como posesas, bueno…tampoco es para tanto.



La zona de la ventana azul tiene un paisaje muy bonito donde  se ven las formas que ha ido erosionando el mar en las rocas, hasta crear un paisaje curioso. Por ejemplo, se puede ver un Mar Interior que es un pasadizo que el mar ha creado y comunica el agua con una laguna interior donde se pueden coger barquitas para dar una vuelta por la zona.




Aquí estuvimos un buen rato hasta que una hora después volvió el bus para recogernos. No sé cómo estará en verano, pero en invierno este autobús pasa cada hora, así que si no pillas el siguiente, pierdes mucho tiempo en la zona.

Este autobús nos volvió a dejar en la estación de autobuses. Nuestra próxima parada eran los Templos de Ggantija, pero el 307 tardó un poquito más en llegar. A la media hora ya estábamos subidas y de camino a los templos.

Los templos de Ggantija están en el pueblo de Xaghra. Se trata posiblemente de las estructuras megalíticas más antiguas que quedan en el mundo y datan aproximadamente del año 4.000 antes de Cristo y ha sido reconocido como lugar Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.



Son pequeñitos pero es una visita curiosa y ya que se está en Gozo, merece la pena ir. El horario de apertura es de 9:00 a 17:00 y cuesta 5 euros la entrada. A mi curiosamente me cobraron 3,50 por las entradas, cosa que agradecí.






Cuando salimos de ver los templos nos fuimos directas a la parada del autobús para ir a Marsalforn, pero en vista que después de esperar 1 hora y pico y que no pasara el autobús y que eran las 4 de la tarde y aún no habíamos comido, nos fuimos con el 307 de nuevo a Victoria y desistimos de ver el puerto de Marsalforn. Una vez en Victoria nos fuimos directas a papear. ¡Uff! Menuda hambre teníamos a esta hora. Entramos en un local de comida para llevar que tenía unas mesitas, nos sentamos y nos pedimos varios tipos de pastizzis, timpana y cositas típicas para comer. Lo que me sorprendió fue la cuenta, que por 5 euros hubiéramos comido las dos y estuviéramos llenas.



Nada más acabar de comer, nos fuimos a echar un vistazo de la ciudadela de Victoria desde donde su punto más alto se puede ver toda la isla de Gozo. Dentro de ella está situada la Catedral, barroca aunque mucho más sencilla en su decoración que las de La Valetta o Mdina.

La oficina de turismo de Gozo está en Republic Street y ahí te pueden dar información sobre lo que ver y hacer en la isla.

Al ratito ya estaba anocheciendo y nos volvimos a la terminal de ferris para coger el barco de regreso a Malta.

Tuvimos la misma suerte y nada más llegar, enseguida abrieron las puertas para subir al ferri. Nos sentamos a merendar algo en la cafetería mientras escuchábamos los gritos de unos guiris que estaban montando un jaleo que no te menees. Y luego dicen de los españoles…

A la media horita, estábamos subiendo en el famoso 222 que nos llebava hasta Pembroke y que tardaba una burrada en llegar. Creo que lo más pesado de este día fue el estar todo el día cambiando, subiendo y bajando de los autobuses porque lo demás no fue nada agotador. Yo que estoy acostumbrada  a patear como una loca en los viajes… aún recuerdo los pateos en Roma del septiembre anterior con un calor y una humedad espantosos que nos hacía sudar como cerdos. Y en cambio este viaje, se desarrollaba tranquilo.

Volvimos hacer el trasbordo y sobre las 9 y pico de la noche, estábamos entrando en el restaurante a cenar. Esa noche volvimos a cenar en el sitio de la primera noche pero mi madre se pidió una crema casera de pollo y yo me pedí un fish and chips que estaba buenísimo. El problemilla es que no tengo fotos pero creerme!! La cena nos costó 16 euros y después de un día subidas en el autobús y de una buena cena, nos fuimos al apartamento y prontito nos fuimos a dormir.


domingo, 5 de febrero de 2012

Acantilados de Dingli, Mdina, Rabat y un poquito de Valleta


Hoy era nuestro segundo día en Malta y nuestro itinerario nos decía que hoy era el día que visitaríamos Gozo, pero por problemas técnicos (vamos, que el despertador no sonó a la hora que tocaba) se nos hizo un poco tarde para dedicar el día a ver Gozo y lo dejamos para el día siguiente.
Entre unas cosas y otras, salimos sobre las 9:30 del apartamento y nos fuimos andando hasta el paseo para coger el bus que nos llevaría a La Valeta. De ahí se pueden coger todo los buses que van por la isla.
Muy importante: Hay un billete válido para todo el día con el que puedes coger todos los autobuses de la isla de Malta y sólo pagas 2,60 euros y 1,50 euros los residentes en Malta. Te lo da el conductor y luego sólo tienes que enseñarlo cada vez que te subes en un autobús.
La parada del bus está justo delante de la puerta del hotel, así que para ir a La Valeta podíamos coger el bus 12, 13, 21 y 23 y el primero que pasó fue el que cogimos.
Llegamos a la estación de autobuses de Valleta en unos 10-15 minutos y una vez allí, le pregunté al conductor cual era el autobús que nos llevaba a los Acantilados de Dingli.
El bus que te lleva a esta zona de la isla es el número 52. No cojáis ni el 53 ni el 51 porque no llegan hasta Dingli. El trayecto duró unos 45 minutos y pasamos tanto por Rabat como por Mdina, que eran las paradas que haríamos a la vuelta.
Los autobuses parecen un poco liosos al principio porque todo está en maltés y tiene un aspecto caótico, pero después de convivir unos días con ellos, son muy útiles y no merece la pena alquilar un coche.
El autobús te deja en frente de un parquecito en Dingli y tienes que hacer un trayecto de unos 20 minutos andando justo en dirección contraria para llegar a los famosos acantilados.


Nosotras fuimos paseando tranquilamente y admirando el paisaje. Y aunque hacía mucho aire, en el sol de estaba genial.

Después de seguir paseando un ratito, por fin llegamos a los acantilados y empezamos a hacer fotos.


He de decir que aunque son bonitos, no impresionan mucho, pues antes de los acantilados hay un valle que no te deja ver la abrupta caída desde tan cerca.


Después de estar un buen rato haciendo fotos y de quedarnos sentadas en una roca mientras admirábamos el paisaje, nos fuimos a hacer el camino a la inversa mientras paseábamos por las calles de Dingli.
Nos fuimos a la parada del autobús y en unos 15 minutos ya estábamos de camino a Mdina.
Al llegar hacía más aire todavía y cada vez era un poquito más frío. Menos mal que hacía sol porque si no, no lo hubiéramos podido disfrutar de la misma manera.

Paramos en Rabat y lo primero que hicimos fue cruzar la muralla para poder disfrutar de Mdina.



Al ser enero, la ciudad estaba vacía, sin turistas. Y la pudimos disfrutar al completo. Mdina es una ciudad medieval donde no pasan los coches y todas sus casas, como en el resto de Malta son de piedra color ocre y las ventanas de diferentes colores.




Lo primero que hicimos fue ir al mirador desde donde se puede ver la Valleta y sus alrededores, e incluso zonas donde se puede ver el mar. Las vistas desde el mirador son muy bonitas y valen la pena.



Dentro de Mdina, se pueden visitar edificios como el Palazzo Falzon, pero los 10 euros de entrada me parecen un poco excesivos.
Nosotras preferimos disfrutarla a nuestra manera, sin necesidad de entrar a ningún sitio y la verdad es que nos encantó.





A estas horas, no empezaba a sonar el estómago y decimos que mientras callejeábamos, buscaríamos un sitio para comer.
Después de ver un par que no nos gustaron y que los precios eran carísimos, nos decidimos por uno que combinaba la cocina maltesa con otras gastronomías de toque étnico.
El local era precioso. Nada más entrar (como estaba vacío) nos enchufaron el aire caliente para que estuviéramos calentitas y enseguida vinó la camarera que resultó que al final sabía hablar español.

Para beber nos pedimos agua como de costumbre. Pero para comer, nos pedimos de entrante unas samosas y de plato principal, un conejo a la maltesa y un pollo tikka con arroz basmati de verduras. La comida estaba buenísima y de precio también bien. Nos costó la comida 32 euros y  aparte nos pusieron una salsa de aceitunas, perejil y ajo para que la untáramos en pan árabe. Tanto a mi madre, como a mí, nos encantó la comida, nos sirvieron muy bien y como de costumbre en Malta, las raciones eran gigantes.
De las samosas y de el aperitivo no tengo fotos, pero del resto, si.





Con las barrigas llenas, salimos a seguir disfrutando otro ratito de Mdina.





Y después continuamos nuestra etapa disfrutando un poquito de Rabat. Esta ciudad es menos monumental y la visita obligada son las catacumbas de San Pablo que por horario y tiempo decidimos no ver.
Finalmente, para completar la ruta de las cuevas y cavernas varias, se puede pasar por la plaza central del pueblo donde están la iglesia de San Pablo con la gruta del mismo nombre donde se dice que el santo rezo durante su paso por la isla.




Después de este recorrido, nos fuimos a la parada del bús en dirección Valleta.
El bus nos volvió a dejar en la estación de autobuses de Valleta y de ahí entramos por la puerta de la muralla de la ciudad donde está la Fuente del Tritón y que actualmente está en obras y paseamos por Republic Street.


Republic Street es una calle peatonal en su mayor parte llena de tiendas de ropa y de souvenirs. Esta calle también comparte protagonismo con Merchants Street que es donde está la Oficina de Turismo por si quereis coger algún mapita o información de la isla.



Seguimos paseando por Republic Street hasta llegar a la Plaza de San Jorge y ver el cambio de guardia.


Una vez llegamos a este punto, decidimos ir hasta el final de la calle, justo donde está el Fuerte de St. Elmo que pese a lo que pueda pensarse, ni se puede visitar, ni ofrece grandes atractivos al turista, pero durante este recorrido se pueden ver los edificios más representativos de la ciudad y una imagen más autentica.



A partir de llegar a este punto fuimos bordeando la costa de la ciudad y acercándonos al puerto. El recorrido no es muy bonito, pero a medida que avanzábamos íbamos teniendo mejores vistas de las tres ciudades.

Se puede parar, de paso, en el audiovisual Malta Experience, que explica la vida de la isla en 45 minutos, pero no aportara mucho a quienes no estén demasiado interesados en la historia.
Nosotras decidimos ir a ver los Lower Barraca Gardens y las vistas que se tenía desde ahí del puerto.

Desde ahí y antes que se hiciera por completo de noche nos fuimos a ver los Upper Barraca Gardens que al estar anocheciendo, nos dejaron ver una de las vista más bonitas de Malta y ahí fue cuando conocimos a una madre y una hija polacas que estaban haciendo el mismo viaje que nosotras. Por casualidades de la vida, la hija había estado de vacaciones el año anterior en Gandía, que es un pueblo que está a media hora del mío y nosotras habíamos estado visitando su ciudad (Cracovia) hacía un año y medio. Estuvimos un rato charlando con ellas y nos fuimos ya a la estación de autobuses para coger el bus de regreso al apartamento.




Cuando llegamos a Gzira, nos fuimos a cenar a un restaurante que había visto recomendado por internet, “Café Jubilee”. La verdad es que el sitio es pintoresco, pues tienen bicis y carros de bebé colgados del techo, pero el problema es que se llena enseguida y hay que ir pronto si queréis coger buen sitio.
A nosotras nos tocó una mesa donde había poquita luz y para mi gusto estaba demasiado oscuro. Nos pedimos agua dos ensaladas para cada una. La de mi madre era de pera, manzana, rúcula y gorgonzola y la mía era una ensalada César. Como siempre los platos eran grandísimos y muy buenos. La cena nos costó 17, 25 euros.
Acabamos de cenar y nos fuimos al apartamento a dormir ya que teníamos que levantarnos pronto porque mañana tocaba Gozo y el camino en autobús era bastante largo.